sábado, 19 de abril de 2008

Mi mundo es una crónica

::: Mi aventura como Indicadora ha cambiado de rumbo. Ya no estoy en la redacción horas y horas, ahora sólo colaboro puntualmente, por eso habrá menos notícias a partir de ahora, pero la Indicadora perdurará, con o sin Indicador de economía. La carrera se acaba y en junio me voy a Barcelona a hacer prácticas de televisión, y no tengo tiempo de nada. Pero hay que buscar un lugar para el ocio, y hace poco me descubrieron el mundo del airsoft.

Y os preguntaréis... ¿qué hace una pacífica como ésta en un campo de airsoft? pues divertirse, pero sobretodo captar sensaciones para después plasmarlas en el blog, que para eso hemos nacido en internet, ¿no?. He elegido la crónica para contaros mi experiencia, un género al que le he cogido mucho cariño y es que mi mundo y mis palabras siempre suenan a crónica. Nada más que decir. ¡Espero que os guste!


....................................


¿La guerra puede ser un juego?



::: Me voy a la guerra. Sí, sí, como lo leen. Ya me he despedido de mi familia y amigos, me han deseado mucha suerte y hasta he escuchado algún que otro “a por ellos”, aunque sé que volveré sana y salva, por mucho que me maten una y otra vez. Hoy no seré corresponsal, ni si quiera un poquito periodista, hoy si me lo permiten seré una auténtica soldado.

Estoy nerviosa. He sido invitada a una partida de airsoft. Para los que no entiendan, -como yo hasta ahora- es un juego de estrategia y simulación de guerra, importado directamente de Japón. Pero no se asusten, es una actividad lúdica y deportiva que puede ser de ámbito competitivo o simplemente recreativo, como en esta ocasión. Para practicarlo, los jugadores utilizan réplicas de armas reales que lanzan pequeñas bolas de materiales biodegradables y van vestidos como militares. Yo voy de prestado. Mi equipación: la ropa de mili del soldado Holibu, secretario de la asociación de airsoft MAD, el mismo que me ha invitado a este gran evento. También me ha dejado una réplica, munición, gafas protectoras y todo lo necesario para jugar de manera segura y normativa. Eso sí, aún no sé dónde me he metido.

Son las nueve de la mañana y llegamos al campo de los Red Dragons en Moià, donde se va a desarrollar la partida. Hay mucha niebla y hace frío, pero a lo lejos visualizo una gran cantidad de coches, algo que supera mis expectativas. Aparcamos i nos preparamos. Miro alrededor y me estremezco. Unas 100 personas vestidas de soldado, en su mayoría hombres, cargando sus armas, poniéndose chalecos, botas, casco, comunicaciones, y todo el material habido y por haber. Los hay para todos los gustos: hay quien lleva camuflaje multicam (de color marrón y beige) o bien woodland (marrón y verde oscuro), quien se pinta la cara… ¡y hasta hay un tipo vestido de árbol! –no doy crédito-. Es curioso ver a un hombre robusto vestido con un poncho de hojas. Debo confesar que siento un poco de miedo, pero también una tremenda curiosidad.

Mientras me preparo, me dispongo a escuchar las conversaciones de los asistentes y no consigo entender nada; hablan de modelos de réplicas, “G-36, MP5, M60, AK-47, Type 89” y de la velocidad de disparo en ¿fps?, de comprar material por Internet, de videojuegos varios, de cómo será la partida… y bueno, algunos también hablan de sus vidas, porque en el fondo es un juego en el que se reúnen amigos con aficiones comunes. Recibo un disparo en la pierna, es el soldado Nebur, de los MAD, que prueba su nueva réplica con la novata de turno. No duele, así que me calmo. Podría describir el ambiente como friki, sí, esa es la palabra, es algo increíblemente friki, pero me tiene fascinada.

Los Red Dragons llaman a todos los asistentes a una zona del campo para explicar la partida. Se trata de una pequeña partida con guión, en la que hay dos bandos: Los amantes de la Drogaïna y los Fans de Paris Hilton. Los primeros son narcotraficantes y su objetivo es recuperar toda “la Droja del ColaCao” que un Poli Corrupto escondió antes de que se estrellara su avión y tirara paracaídas con las coordenadas de dónde está escondida. Los Fans de Paris Hilton –entre los que me incluyo, y no por voluntad propia-, son los clientes del Poli Corrupto que han ido a recuperar su mercancía.

Por tanto, dos bandos con el mismo objetivo. Antes de empezar la partida, nos dirigimos a pasar la crono (prueba del cronógrafo), para medir la velocidad de las réplicas, que en ningún caso pueden pasarse de fps, y según el modelo, el tope es distinto y también la distancia mínima de disparo. ¡Pum!, mi disparo no supera los 350 fps, tope máximo para un fusil, así que estoy preparada. No podré disparar a menos de 5 metros, podría dañar a alguien. Son las reglas. Me tranquiliza lo bien preparado que está todo, es como un ritual.

Cada bando tiene un color; nosotros somos azules, ellos rojos. Nos ponen una cinta en el brazo del color que toca, con fuerza, ¡casi me quedo sin brazo! y otra amarilla, la de la vida, que hay que quitarse si te matan, aunque no me importa, porque puedo regenerarme (eso me alivia). Por fin nos dirigimos a nuestra base, con el mapa del campo y sus coordenadas en la mano –no entiendo nada-. Por el camino me quedo increíblemente sorprendida con el atrezzo; paracaídas, bombas, inhibidores (que luego podremos coger y utilizar –o eso dicen-), trozos del avión supuestamente estrellado –es como una película-.

Lo que más me impactó: ¡ovejas muertas!. Demasiado real para mi gusto. ¿Las habrán matado ellos? -me pregunto- Espero que no. Una vez en la base, se planea la estrategia, nos dividimos y ¡empieza la batalla!. La expectación es máxima, no sé hacia donde mirar, cómo esconderme, me pesa el arma, sigo a mi grupo, oigo disparos, pero no sé de dónde vienen, ¡ni siquiera veo dónde caen las bolas que yo disparo!… en definitiva, un desastre.

Poco a poco voy haciéndome con el juego. Es todo tan real que siento miedo, excitación incluso… cuando notas que hay alguien cerca, esperas para disparar, no te mueves… disparas y ¡te escondes!. Es pura adrenalina. Si te matan, basta con decir “vale”, levantar los brazos e ir hacia la base, donde puedes regenerarte. Me matan muchas veces. Al principio no me importa, pero más tarde se convierte en algo personal, “no pueden matarme más y yo debo matar a alguien”, me digo. Me asusto cuando lo digo. Cuando por primera vez oí un “vale” de un enemigo, me sentí realizada. Ante todo, y pese a lo que se pueda creer, los soldados son humildes y honrados, al primer impacto, mueren, y si hay alguna duda, mueren también. Es fundamental para el buen desarrollo de la partida.

De repente, se para la partida. “Aviso a todos los soldados: ¡hay un cazador en la zona!” y él no dispara bolitas biodegradables precisamente… Consiguen hablar con él y explicarle lo que hacemos, aunque no me imagino su reacción al ver a un montón de militares armados. Se reanuda la partida: el cazador ya tiene historia para contar a sus nietos. Por los walkies vamos siguiendo los movimientos de los demás Fans de Paris y del enemigo. Están cada vez más cerca. Pueden ganar la partida y no estamos dispuestos a que eso pase. Un grupo de cinco personas decidimos hacer una incursión a la base enemiga. Nos escondemos tras los árboles, reptamos silenciosos e intentamos sorprenderles.

Uno de ellos aparece ante nosotros, todos le apuntamos y ocurre algo insólito, dice: “No disparéis, sólo iba a mear, ya estoy muerto”. ¡Esto no es serio!, y es que esto es un juego, no lo olviden. A penas podíamos seguir de la risa, pero aguantamos. Nos descubren, pero no nos ven a todos. Mis compañeros mueren y me quedo sola ante el peligro. Disparo cuando creen que ya no hay nadie, pero acaban matándome también. Son casi las dos del mediodía y no puedo con mi cuerpo ni mi alma. La réplica me pesa cada vez más, tengo que apoyarla en las rodillas, las gafas se me empañan y no veo bien, el hambre aprieta y ¡no sé ni quién tiene la Droja del ColaCao!.

Pronto la guerra se acaba. ¿Quién ha ganado? –os preguntaréis-. Eso no importa demasiado, ni siquiera lo sé. Diría que hemos ganado todos. Esa es la grandeza de librar la guerra en el airsoft, que gana la diversión. No hay nada de violento en esto, pese a todo. Una gran experiencia. Me siento friki, pero me gusta. ¿Repetimos?


..............................

>> Foro Oficial de la partida
>> Fotos Oficiales del evento
>> Asociación de Airsoft MAD
>> Asociación de Airsoft Red Dragons
>> Normativa Airsoft Barcelona
>> Parodia de uno de los nuestros


No hay comentarios: