Nunca pensé que alguien que escribiera sobre un proceso de decepción en el trabajo fuera tan optimista y me transmitiera tanta energía. Desde el primer mail me cautivó, se veía una persona cercana, y estaba muy agradecido por mi interés. Me deseaba lo mejor desde los -15º de Kébec. Cuando volvió de allí quedamos para la entrevista. Fue muy larga, pero no me di cuenta, era como conversar con un amigo... y me pasé todo el tiempo sonriendo. Redacté la contra con mucho cariño y le gustó mucho el resultado. Aún seguimos en contacto.
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‘El compromiso es una responsabilidad,
la entrega se regala’
X.J
::: Cuando le preguntamos por la empresa ideal, Lotfi El-Ghandouri lo tiene claro: «una empresa en la que se trabaje desde la sinceridad y la transparencia y se cuente con el otro». A menudo las empresas ofrecen ventajas sociales más como promoción de marketing que como otra cosa, es un reto social que no sea así. Él cree que necesitamos una madurez y una autoconfianza, tanto a nivel personal como organizativo porque, «todas las herramientas están ahí, pero no nos arriesgamos en dar un poco más al otro». El-Ghandouri cree que hay que cambiar los esquemas y no mirar el éxito sólo en base al factor financiero.
En su libro, El Despido Interior, habla del «Happy hour», que en el mundo aglosajón se ha incorporado a las empresas. La última hora de los jueves, en la que los trabajadores bajan al bar a tomar algo. El-Ghandouri cree que esa hora ya se está incorporando en España, pero a la manera española: la caña de después del trabajo con los compañeros. «Lo que tienen que hacer es integrarlo las empresas». Porque, como bien explica «cuando estamos en un bar, es como si empezamos a deshacernos un poco la corbata y dejamos fluir la verdadera persona que está en nosotros».
Lotfi El-Ghandouri no entiende por qué hay esa necesidad, tanto en España como en otros países, de medir el trabajo en horas y hacer jornadas maratonianas para resultar más bien reconocido. Él cree que seguimos con los antiguos esquemas que dicen: «si no veo el trabajo, no puedo evaluar lo que trabajan mis colaboradores». Hoy en día todo lo que hacemos es viento, no se ve, no hay nada material, pero sigue siendo trabajo. El-Ghandouri propone dejar de medir el resultado, porque eso favorece la ineficiencia. «Entregarse no es como el camino de la cruz, sufrir, hacer muchas horas, sino dar lo mejor de ti dentro de tu horario de 8 horas».
A menudo se confunde el compromiso con la entrega. «El compromiso es una responsabilidad: tantas horas, tantas actividades. Pero cuando ves por tu capacidad hacia dónde puedes empujar esos límites, eso es la entrega, y esa se regala». En la actualidad contamos con todas las herramientas para que los trabajadores estén motivados y sean más eficaces: se dan charlas, talleres de liderazgo, de gestión emocional, de motivación al colaborador… El-Ghandouri pregunta: ¿pero... eso te lo crees o no? «El problema está en que cuando la empresa va bien, todos somos capaces de aplicar estas reglas, pero cuando no, volvemos a nuestros antiguos esquemas».
Lotfi reconoce estar interesado por ver cómo las cosas se van a arreglar ahora que estamos en una época de incertidumbre e inestabilidad a nivel mundial en las empresas. «Lo primero que van a hacer va a ser reducir la plantilla, cuando no debería ser así. Tendrían que invertir en el capital humano, sacar adelante las empresas con la ayuda de sus trabajadores, implicados en el proyecto». Para salir del despido interior, él nos propone hacernos una pregunta: «¿Qué puedo hacer hoy de diferente?» esto permitirá a la gente vivir, salir de su zona de confort y arriesgarse. «Las organizaciones serían más ágiles si se arriesgaran».
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